El Ikigai solo se consigue si se dan las cuatro a la vez, si solo hacemos lo que amamos y se nos da bien es nuestra pasión, pero si alguien no lo paga no podríamos dedicarnos a ello. Lo que se nos da bien y tiene valor en el mercado puede ser nuestra profesión, pero si no amamos lo que hacemos seremos infelices, si nos pagan por algo que necesita el mundo puede ser nuestra vocación pero no nos sentiremos completos. Por último lo que amamos junto a lo que necesita el mundo es nuestra misión. Solo si convergen los cuatro aspectos podemos alcanzar el Ikigai, que sobre todo es un estado, cuando realizamos cualquier tarea desde ese estado solo puede alcanzarse la excelencia y la felicidad.
Ahora coge lápiz y papel y desarrolla cada aspecto, lo que se repita en los cuatro es tu Ikigai. El ejercicio nos ayuda a conocernos mejor, a tener una introspección y quién sabe a lo mejor nos da pistas para reinventarnos. Pero hay que hacerlo relajados y haciéndonos las preguntas y dejando tiempo para contestarlas, nuestra mente no esta acostumbrada a que le formulemos preguntas y pero es una de las manera más sencillas de conectar con nuestro subconsciente.